miércoles, 28 de diciembre de 2011

El planchero viejo...

Que tiempos aquellos, muchachos, donde los conocí a cada uno de ustedes!

Se me pianta un lagrimón al saberlos un poco alejados de mí y yo un poco alejado de ustedes.


Que la plancha no caiga en el olvido!
Que sea ahora y siempre la balsa que nos mantiene a flote!



Y desde la distancia ahora puedo decir que las heridas cierran con el tiempo, que las quemaduras no son siempre permanentes, que el tiempo ocioso es peligroso y que las personas que uno va conociendo son las manos que te ayudan a levantarte.



Saludos muchachos y muy feliz año!
Uriel